miércoles, noviembre 01, 2006

La duda melódica, otra vez





Después de que deambuló por varios diarios venezolanos durante diez años (principalmente por El Nacional), mi tía Eloína había prometido desde el 2002 que no publicaría esta columna durante algún tiempo. Sin embargo, como la promesa se limitaba a la versión escrita en algún diario impreso tradicional, hoy vuelve La duda melódica a través de la blogósfera. Regresa mi parienta por sus fueros porque los tiempos que corren no son como para quedarse callados ni para perder esta oportunidad que ofrece la red. Aquí estaremos otra vez, tanto ella como yo, para continuar con nuestros comentarios semanales en los que esperamos que haya un poco de cada cosa que nos resulte interesante compartir en el ciberespacio. Saludos desde esta Caracas pre-electoral, convulsa. repleta de automóviles y de ciudadanos estresados hasta la saciedad, saludos, pues, desde nuestro nuevo lugar de opinión.
Luis Barrera Linares

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Luis te felicito. No sé de donde sacas tiempo para dedicarte a tu labor tan especial. Me ofrezco como fotógrafo para ir renovando las imágenes de tu blogg y de cualquier otra página que bien tú desees. Incondicionalmente, José Rodríguez

Anónimo dijo...

Mi afectuoso saludo escritor Luis Barrera Linares. Conocí su página a través de mi entrañable amigo y excelente escritor y crítico literario Rafael Rattia. Me agrada mucho su manera de iniciarla: "Literatura, ... y otros desvaríos", es así, creativos desvaríos del breve existir.Le deseo felicidad en su tan hermosa como necesaria labor literaria.
Desde este Maracaibo celosamente amado por el sol
María Cristina Solaeche
Un saludo para tía Eloina.

Yolanda Fernández G. dijo...

Qué bueno por La Duda Melódica, qué bueno que te atrevas por la red... tus lectores te seguirán, ya lo verás. Bienvenida la tía Eloína...Saludos cordiales

Anónimo dijo...

De verdad he disfrutado de estos textos tan llenos de conocimiento, secillez y simpatía

Sin Duda Una Melodía para disfrutar un Bar donde la Vida es más sabrosa, con Alicia, Los Caballeros que parten y reparten la mejor parte

Un abrazo

Arnoldo Rosas

Anónimo dijo...

Felicitaciones, Luis. Seguiré leyendo tu columna. Necesaria.Valiente.Responsable...y divertida.
La mención que haces del "autor que se parezca a sus personajes y no al revés" (referida en el artículo sobre Renato Rodríguez) me recuerda tus palabras sobre Denzil Romero y su personaje Francisco de Miranda.
Saludos,
Alicia Sergent

Luis Barrera Linares dijo...

Agradezco sinceramente a quienes me han escrito por esta vía y/o a mis direcciones personales, sobre la reaparición de La duda melódica. Me animan y me comprometen. Prometo además que no todo será literatura, habrá de lo otro cuando corresponda. Saludos, Luis Barrera Linares

Anónimo dijo...

Felicitaciones Dr Linares, me ha deleitado leer los artículos escritos en la duda melódica, en especial la referida "ir al médico" en el que vi a reflejado a mi padre de 86 años en tan acertada narración.
Deseando prosiga con esa "melodía y armonía" que exhibe en tan maravillosos escritos.
Su ex-alumna del doctorado del IPC
María de la Paz

Anónimo dijo...

Excelente el regreso de La duda melódica y sobre todo de la tía Eloina, ya que hacía falta su chispa y su mordacidad en cuanto reflexión produce en el receptor,pero también aplaudo todos aquellos artículos que tienen que ver con el quehacer literario y que han sido incluidos en este blog, ya que podemos acercarnos a comentarios y propuestas interesantes...Adelante profe y esperamos- sus asiduos fans- que siga regalándonos el año próximo con tan variada y buena escritura. Zaruman-n22.

Anónimo dijo...

Felicitaciones por esta página. Primera vez que participo y quisiera comentar lo siguiente: He leído recientemente Con la urbe al cuello, de Karl Krispin, y la verdad es que me he sentido muy maltratada como lectora por la editorial Alfaguara. La novela no tiene ningún tipo de corrección de textos (por ejemplo, hay blancos entre palabras insultantes; la puntuación es un desastre). Me indigno al comparar las ediciones venezolanas de Alafaguara con las de España. Se nota cómo nos ven y aprecian como público lector. Tarajalla maracucha