miércoles, mayo 02, 2007

Sesos y sexos


Referencia: http://eltrasterodepalacio.wordpress.com/2011/11/17/diferencias-entre-el-cerebro-del-hombre-y-la-mujer/

El calificativo humorístico y no pocas veces discriminatorio de “seso débil”, atribuido durante mucho tiempo a las integrantes del género femenino, comenzó a derrumbarse desde el mismo día en que una doctora de nombre Sally Shaywitz (co-directora del Centro de Estudio para el Aprendizaje y la Atención, de la Universidad de Yale, especialista en dislexia), demostró con sus experimentos que a la hora de poner en práctica los recursos verbales, las damas son mucho más diestras que los varones porque se valen de ambos hemisferios cerebrales simultáneamente.
Se ha argumentado además que si bien es cierto que ellas se fijan más en lo superfluo, los hombres somos la auténtica torta a la hora de utilizar las neuronas para distinguir tonos de voz y melodías. Por eso a veces no diferenciamos entre un regaño y una caricia. Si es hombre…es bruto fue el lema de un conocido y ya desaparecido programa radial venezolano, animado por un par de chicas apodadas las Cuaimas.
Desde hace tiempo, este asunto ha tenido verdaderamente preocupada a mi tía Eloína, no tanto por ella sino por su marido de turno, quien, educado al estilo de la vieja guardia machista, siempre ha estado plenamente convencido de la presunta superioridad absoluta de los varones a la hora de esculcar los territorios cerebrales u otros lares de la humana anatomía.
Eso de que las chicas son capaces de poner en funcionamiento la razón y los sentimientos de un solo guamazo, no convence demasiado a mi “tío político”. Su frustración se ha agigantado cuando además leyó en un reportaje que hay partes del cerebro femenino que son de mayor tamaño que sus equivalentes en los del sexo opuesto.
-Comprendo que ellas sean expertas en el arte de las escenas emotivas y lloronas –dice el don- pero no por eso debemos creer que nosotros somos insensibles hasta la médula e incapaces de identificar las cosas por el tamaño. ¡Yo distingo una barco y un mujerón grande, ande o no ande!
Al margen de lo que opine mi colérico casi pariente, este rollo de sesos y de sexos se está complicando en estos tiempos, y quizás más de lo que hubiéramos querido tanto nosotros como ellas. Cierta anécdota referida hace tiempo en un artículo de la famosa revista gringa Nature indicaba que un conferencista de Pensylvannia (en los USA),  había estado a punto de ser linchado por un grupo de fúricas damiselas, cuando lo oyeron decir que las diferencias de género vienen genéticamente programadas desde las propias circunvoluciones cerebrales y que se localizan en el “lóbulo temporal”, el “cuerpo calloso” y la “comisura anterior”.
Ante la posibilidad de que esto fuera cierto, la catorcera de feministas que lo escuchaba se levantaron al unísono de sus asientos y, utilizando precisamente sus ventajas cerebrales para manifestar emociones sin tapujos, le cayeron a codazos al inofensivo investigador, quien debió ser protegido por los agentes de seguridad del local y marcharse con su “cerebridad” a otra parte.
De acuerdo con sus propias declaraciones a la prensa, el rollo que se les planteó a las chicas atacantes fue el siguiente. Si ambos hemisferios no son iguales en los integrantes de ambos sexos y si fuera verdad que vienen genéticamente preparados para hacer sentir, actuar y expresarse de manera distinta, entonces podría darse al traste con los muchos años de lucha por la igualdad de los géneros en todos los ámbitos. Ya no podría echarse la culpa a los caballeros por ser “olvidadizos”, debido a que el que nace con las neuronas del recuerdo torcidas nunca sus ramas sinápticas enderezará. Se abriría además la posibilidad de que cobremos en casa muchas deudas eternas y pendientes. Por ejemplo, las esposas de los chicos parranderos nunca habrían tenido verdaderos motivos para echarlos del hogar cada vez que hubieran olvidado dormir en su propia cama. Puestos ante cualquier tribunal familiar, podrían argumentar masculina y muy “científicamente” algo como lo que sigue:

-Mire, suegra, ya la neurología ha demostrado que uno como varón no se fija en los superfluo sino en lo principal. Se me olvidó dormir con su hija por culpa de un cuerpo calloso que no aguanta dos pedidas. Entienda usted que si esto ocurre, cualquiera puede perder el lóbulo temporal  al conseguir una comisura anterior en alguna "circunvalación" de esta ciudad.

3 comentarios:

Yolanda Fernández G. dijo...

Maestro, usted maneja muy bien la ironía y el humor... eso me encanta. El seso débil ha demostrado que su fortaleza está en la constancia y la paciencia. ¿o no?

"los hombres somos la auténtica torta a la hora de utilizar las neuronas".

Maestro, eso lo dijo usted, yo lo he aliñado al sacarlo del contexto y he construido "una gran verdad".
¡¡¡qué cosas no!!!

Un gran saludo para usted y todo mi cariño.

YOFFY dijo...

Algo de esto ya habíamos intuido...por supuesto las mujeres!! (lo digo en un tono de voz condescendiente...por si no se percibe bien).
Ha dido agradable leerle en una tarde de sábado, cuando en Madrid llueve y uno de mis emisferios, no se cual, aún quiere aprender algo.

Karla Pravia dijo...

Lo mejor del texto es la conclusión final. Me has demostrado que si existen hombres que comprenden que no se puede seguir argumentando diferencias absurdas. Para mi todo parte de la socialización, y en base a eso se le da más libertad al hombre incluso para equivocarse.

Soy feminista y me da risa cuando mi papá me dijo un día que las feministas son resentidas, je je, creo que es algo más que eso, es buscar abrir los ojos a la sociedad.

Te invito a mi blog
http://odiseafemenina.blogspot.com/