Algunos cantautores tienen la facultad de dibujar situaciones que se
repiten cada cierto tiempo
Hay canciones que parecen haber sido escritas para los
momentos aciagos que alguna vez interfieren en nuestra vida. El tango Cambalache (del compositor argentino
Enrique Santos Discépolo) es una de
ellas. Fue compuesto originalmente para una película (El alma del bandoneón, 1935) y no es casualidad que, por lo que
plantea su contenido, desde 1943 fuera prohibido por todas las dictaduras
argentinas. Aquí reproduzco dos estrofas de muestra para no abundar; ponga el
lector algunos de nuestros particulares ingredientes contemporáneos y así podrá
completar una historia que se recicla cada cierto tiempo:
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor
Ignorante, sabio o chorro
generoso o estafador
ser derecho que traidor
Ignorante, sabio o chorro
generoso o estafador
Todo es igual
nada es mejor
lo mismo un burro
que un gran profesor
Para adaptarlo aún más al español americano actual, podríamos
cambiar "chorro" por "choro", aunque ambas remiten al mismo
significado: "ladrón, malhechor, caco, estafador". Al referirse a tan
"modélicos" ejemplares, los españoles utilizan también la palabra
"chorizo". Entre nosotros tenemos "chorros" de
"choros" y "chorizos", aparte de otras especies.
En la misma línea de reflejar realidades que se repiten,
podríamos incluir algunas piezas del cantautor español Joan Manuel Serrat (n.
1943). Serrat grabó su primer disco en 1965 y desde ese momento ha sido un
testigo indiscutible del acontecer de España
e Hispanoamérica, ámbitos en los que su música ha constituido una serie de secuencias
paralelas a nuestras gracias y desgracias. No en balde también fue censurado por
varias dictaduras más de una vez. Ya se sabe que dictadura y censura riman y se
arriman, y no solo fonéticamente.
Basados en que buena parte de su producción ha estado
focalizada en la denuncia de injusticias sociales, políticas y económicas, algunos presuntos líderes del lado más
oscuro y perverso de las ideologías han intentado asumir la obra del catalán
como bandera de lucha. Pero se han equivocado, porque también los desmanes que
ellos cometen aparecen reflejados en algunas letras de dicho cantautor. Hay
piezas de su propia cosecha o de otros creadores (pero musicalizadas por él)
que han pasado de generación en generación durante más de cincuenta años y
sirven recurrentemente como evidencia de que, así como la literatura, la
canción popular deviene en un espejo en el que de vez en cuando pueden mirarse
ciertos personajes autoritarios.
Ignora mi tía Eloína por qué una de sus canciones
imperecederas ha tenido menos difusión de la que debería. Quizás —hipotetiza—
porque, cuando gobiernan, los propios
retratados la esconden o poderosos e "imparcialísimos" medios de
comunicación la ven de soslayo y se hacen los trujillanos. Sin embargo, más
gráfica no puede ser. Se titula Algo
personal. En ella el autor alude a sujetos y "sujetas" de esos
que a diario nos mienten públicamente, sin pudor de ninguna naturaleza. He aquí
un fragmento para empezar a imaginar una foto de familia:
Rodeados de
protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad...
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad...
Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia. Y los
escuchas, lectores o televidentes, que no son tan pendejos como otros creen, se
la remientan cada vez que pueden; a ellos y a quienes incondicionalmente los
siguen y aúpan sus procederes. Precisamente,
esos mismos acólitos son los primeros que viven enclaustrados en sus propias
vergüenzas, en sus miedos, porque intuyen que no tienen vuelta atrás, debido a
que sus presuntos líderes los tienen siempre bajo la mira y:
Se gastan más
de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales...
espías, listas negras y arsenales...
Así van por la vida, prevaricando y gritando arengas
destempladas que los convierten en
prisioneros de sus perversidades. No
obstante, allí está la canción de Joan Manuel Serrat para recordarles que:
No conocen ni a su padre cuando pierden el
control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal...
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal...
Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión...
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión...
No hacen falta más comentarios a la hora de demostrar la
vigencia de esta magnífica pieza musical y el modo como su autor plasmó una
realidad que de vez en cuando recurre en algunas partes. "Algo personal" se
hizo pública por primera vez en 1983, incluida en el disco Cada loco con su tema, pero debe ser recordada siempre que
aparezcan esos oscuros personajes prefigurados en su letra. Aquí dejo un enlace
por si alguien desea escucharla completa.
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